10 (de 1000) saberes que aprendí de Celine Hameury que nunca hubiera podido aprender online

Cuando hasta tu prima la de Cuenca comparte la noticia de que el Príncipe George va a una escuela Montessori, es el momento de asumirlo: la filosofía Montessori está de moda. No, no es que sea mainstream, pero dentro de lo alternativo parece que está empezando a ser la cara más conocida. Otra vez, porque el método Montessori tiene más de 100 años, ya sabéis, y desde luego no es la primera vez que se pone de moda. Y esto tiene muchas cosas buenas, porque, para empezar, hace unos años era muy difícil encontrar información en internet y ahora hay muchos blogs especializados, canales de youtube, grupos para dialogar y compartir… La información está cada vez más a nuestro alcance. Pero también tiene algún que otro peligro. Uno de ellos es que muchas veces la información que encontramos está un poco distorsionada o de alguna manera banalizada. Y si te interesa y quieres dar un paso más, sí, hay mucha oferta a la hora de formarte, pero es difícil saber qué formación elegir, qué fuente dar por válida.

La decisión depende de cada uno y de lo que quiere obtener. No es lo mismo buscar inspiración para realizar actividades con tus hijos que formación para ser guía Montessori, y lo bueno es que hay opciones para todo. En mi caso me estoy formando como guía y la opción que escogí fue la de AMI, entre otras cosas porque es la más aceptada en la mayoría de colegios Montessori y me da seguridad. Dentro de eso escogí una opción que fuese totalmente presencial, sin ningún módulo online, porque considero que la presencia y la vivencia del conocimiento son esenciales ya en cualquier aprendizaje significativo, y en este método en particular, aún más. Pero la impaciencia a veces me puede y antes de llegar al inicio de mi formación, animada por la lectura de algunos libros de María Montessori, me lancé a introducirme con algunos cursos online.

En la presentación en Madrid del documental «Enséñame pero bonito» puse cara por primera vez a la guía Montessori Celine Hameury de la que ya había oído hablar en algunos blogs. Pude conversar con ella al finalizar, y me encantó su manera particular de entender la educación y su potencialidad para el cambio. En su blog, Montessori hoy, vi que realiza charlas de introducción a la filosofía Montessori y talleres, todos presenciales. Yo tenía necesidad de tocar y vivir el método, así que me apunté. Si no buscas una formación que te habilite como guía pero quieres conocer a fondo la filosofía, no puedo más que recomendártelo. Yo prefiero ver una película a que me la cuenten, ver una obra de teatro y no la grabación en vídeo, mirar y tocar a la persona con la que hablo en vez de escribirle por chat, tocar y oler el libro que leo y no mirar una pantalla… Porque una experiencia no es comparable a la otra. Porque hay algo en el saber corporal que se pierde en la virtualidad. Estas son 10 (de las 1000) vivencias que aprendí de Celine Hameury que nunca hubiera podido aprender online.

  1. Que todas las áreas del saber están conectadas entre sí. Sí, es verdad que es obvio, pero en la educación que yo recibí nunca llegué a sentir esto físicamente. ¿Y hace falta un taller vivencial para saber esto? Rotundamente sí. Hay saberes que el cuerpo comprende mucho antes y más profundamente que la mente. Casi lloro de emoción cuando comprendí en mis manos la razón por la que la raíz cuadrada recibe ese nombre y no otro.
  2. Que estar presentes es el mayor regalo que podemos darnos.  Sin entrar en misticismos, es así, lo primero que necesitamos para aprender es estar presentes. Y para eso necesitamos poner el cuerpo en lo que hacemos. En la educación convencional aprendemos muy pronto a desdoblarnos y poner el cuerpo al servicio de aparentar atención, y la atención, en otra cosa, en un mundo interior que nos lleve muy lejos de donde estamos. Cuando el aprendizaje parte de lo concreto y pone tus sentidos a trabajar en una acción física, estos dos aspectos se conectan, aparece la presencia. Para un actor la presencia escénica es la clave en su trabajo, es lo que le permite entrar en comunión con lo que hace, tener verdad y disfrutar, y también lo que hace al espectador interesarse o no por lo que ocurre en escena. Es algo que no siempre se consigue y que requiere entrenamiento. Durante el taller se sucedieron una tras otra escenas en las que desde fuera, cada gesto era preciso, cada actor estaba presente, y desde dentro, el tiempo dejaba de existir. No recuerdo ni un sólo momento así en mi escuela, ni en un taller online.15celine_sin
  3. Que cada detalle importa. Todo va a influir en la experiencia del aprendizaje: los materiales, el orden, el tono de voz, la disposición, la ropa que llevamos, la mirada, la luz, el ritmo, el color, la intención de cada movimiento… Cuidar cada detalle o no hace que la vivencia sea significativa o una «patata podrida» (este término es también de Celine). Hace falta por nuestra parte mucha generosidad y precisión. Celine nos permitió aprender esto con una coreografía precisa de detalles que guió nuestra experiencia.
  4. Por qué los materiales caros son en verdad baratos. Pues eso, algo me olía, pero hasta que no hice el taller no pude entender bien la diferencia entre una torre rosa baratuna y una de calidad. No es lo mismo una torre rosa que va de un kilo de peso en la base a un gramo en la pieza más pequeña, que una de peso aproximado, por ejemplo. Porque los materiales fueron diseñados con precisión y es esa precisión la que te permite aprender con el cuerpo, y conectar sensaciones. Lo que te produce pasar el dedo sobre un número de lija de calidad es tan agradable que te invita a repetir y a inteiorizar. Si en vez de eso la lija es barata… no. Y el placer es clave en el aprendizaje. Los materiales más precisos y bellos cuestan más, pero la experiencia de aprendizaje es muchísimo más rica. Cuando veía catálogos por internet esto no lo entendía, pero tocándolo puedes entender que lo que parece caro es en realidad barato.
  5. Necesidad y tamaño de las esterillas sobre las que disponer el material de trabajo. Cuando montas una torre rosa con los ojos tapados comprendes esto de manera muy clara sin necesitar más explicación.
  6. Que las emociones y pasiones caben en el aula. Sí, porque cabe la vida misma, y es rico el aprendizaje cuando esto sucede así.
  7. Que es posible guiar a un grupo de 20 a la siesta, a la hora marcada, y que esto sea absolutamente placentero. No quiero ni acordarme del infierno que se podía llegar a vivir en el aula de 3 años en la que trabajé cuando llegaba la hora de la siesta para los 27 niños hiperdespiertos que estaban ahí. ¡Ojalá hubiera hecho esta taller antes!
  8. El origen de la palabra resaque. Tienes que conocer esta historia. 😉
  9. La importancia del reconocimiento y el ejemplo. Conocer el origen de los materiales, las teorías, los inventos… Reconocer a quien los creó y conocer su ejemplo nos permite seguir avanzando, desprendiéndonos de falsas atribuciones, y siendo ejemplo de progreso. También en el reconocimiento se da ejemplo de honestidad.
  10. La importancia de agradecer. Cuando agradeces, recibes y das, no te quedas quieto, y puedes seguir avanzando. Los rituales también forman parte de la experiencia de aprendizaje, y mueven una materia intangible que está presente. Gracias Celine.

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