Lo que me hubiera gustado leer en un papel que me hubiera gustado encontrar en la caja de mi primera Torre Rosa:
¡Enhorabuena! Tienes en tus manos una Torre Rosa. ¡Bieeeen! Este es el material Montessori más emblemático, y ha trascendido por su importancia en la educación sensorial y lógico matemática. ¡Qué nervios! Nada en la Torre Rosa es al azar. Diez cubos de madera, de color rosa, cuyo tamaño disminuye desde diez centímetros a un centímetro de lado. En la Torre Rosa original, también el peso de cada cubo coincide y disminuye desde un kilogramo a un gramo. Es la base de muchas actividades combinadas y un material de referencia al que volver una y otra vez para la comprensión de conceptos más complejos. Pero empecemos por el principio…
La Torre Rosa llama la atención del niño y despierta en él el deseo de conocer con sus manos, y su manipulación es una actividad divertida. Pero no es un juguete. Es de madera, pesada, algunas piezas son muy grandes en las manos de un niño pequeño, y otras tan pequeñas que no son fáciles de agarrar, y esto mismo es lo que enseña a tratarlo con cuidado. Si no fuera así, tratarlo descuidadamente y que se te cayera en un pie no tendría mayor consecuencia, sería un juguete. Es un material porque enseña un juego cuidadoso, un trabajo placentero para el niño. Mientras está concentrado en su material, no le interrumpas, y al mismo tiempo, observa y cuida que no se lastime ni lo deteriore. Cada niño tiene su momento pero en general el periodo en el que la mayoría de los niños están preparados y muestran interés por la Torre Rosa por primera vez se da entre los dos años y medio y los seis. Si ves que comienza a apilar objetos y muestra interés tanto por lo grande y pesado como por lo pequeño, quizá sea buen momento para hacerle una primera presentación.
¿Qué es una presentación?
Los materiales Montessori se presentan, hay un acto en el que se dan a conocer al niño. Esto quiere decir que es el adulto quien, a través de la observación, debe advertir cuándo el niño muestra una sensibilidad especial hacia algo que un material Montessori puede satisfacer. En ese momento se acerca a él, y le invita a ver un nuevo material, una nueva actividad, si él está de acuerdo. Si accede, es el momento de hacer la presentación. Le explicamos que vamos a enseñarle la Torre Rosa y nos acercamos a ella (reconocimiento). Sería bueno que estuviera colocada en un estante al que el niño pueda acceder, montados los cubos uno sobre otro de mayor a menor, como una torre. Miramos al niño y le preguntamos si quiere ver cómo se usa, y le pedimos que observe, sin tocar, porque primero lo haremos nosotros, para que pueda verlo bien, y después él podrá realizar la actividad. Aquí empieza la presentación, que intentaremos hacer con movimientos lentos y, en la medida de lo posible, sin palabras, asegurándonos de que el niño nos acompaña manteniendo con él el contacto visual y sonriéndole.
a) Lo primero que vamos a necesitar es una esterilla o alfombra pequeña sobre la que trabajar (como la torre es rosa, conviene que sea amarilla o marrón, para que el contraste con el material sea evidente), que tendremos preparada y localizada con anterioridad a este momento. Nos desplazamos hasta ella, buscamos un lugar en el espacio cómodo y la extendemos. Es conveniente que este lugar esté lo más distanciado posible del estante sobre el que está la torre para promover el desplazamiento (los niños a estas edades se rigen por la ley del máximo esfuerzo, necesitan ejercitar tanto su motricidad fina como la gruesa y encuentran placer es hacer cada mínima acción de la forma más costosa). Entonces nos acercamos a la torre y vamos trasladando de uno en uno los cubos hasta la esterilla, esparciéndolos. Este primer paso preparatorio ya forma parte de la actividad. Aquí, sería bueno hacer una pausa en la presentación y primero, mostrar al niño dos cubos nombrando el grande como grande y el pequeño como pequeño; luego coger otros dos cubos y preguntarle: ¿Cuál es grande? ¿Cuál es pequeño?; por último, coger un cubo y preguntar: ¿cómo es este cubo, grande o pequeño?
b) El segundo paso es el núcleo de la presentación, que admite variaciones según sea el primer contacto con la torre o los siguientes. Pedimos al niño que se siente a nuestra izquierda, si somos diestros, para que pueda observar bien nuestros movimientos.
- Si es la primera vez, la actividad consiste en formar la torre colocando un cubo sobre otro, de mayor a menor, partiendo de una esquina, de manera que se hacen coincidir las aristas en una misma línea recta. Cada vez que colocamos un cubo pasamos suavemente dos dedos (índice y corazón) por las aristas para asegurar que línea que forman es continua. Lo haremos así con los diez cubos.
- Una vez ya está superada esta actividad, una variación consiste en realizarla igual pero centrando cada uno de los cubos sobre el anterior.
- Otra variación que merece la pena realizar es montar la torre con los ojos vendados, y es una manera de trabajar la concentración y la presencia cuando la actividad anterior ya está casi automatizada.
c) Una vez acabada la torre, volvemos a expandir los cubos sobre la esterilla con cuidado, y después, de uno en uno, los volvemos a trasladar al estante. Recogemos y guardamos la esterilla.
Esta sería la presentación completa del material. Sé que te puede parecer exagerado pretender que un niño tan pequeño aguante durante tanto tiempo el interés en la presentación, pero créeme, si es su momento va a tener tantas ganas de aprender que atenderá con sus cinco sentidos absorbiendo como una esponja todo lo que se le ofrece en la presentación. Si ves que no muestra interés, no insistas, guarda el material y espera su momento.
Esto es sólo el principio, la Torre Rosa se emplea para muchas más actividades, cuentos, operaciones matemáticas…, pero al mismo tiempo ya es mucho, da para mucho. Recuerda que el material tiene en sí mismo el control del error, así que una vez hecha la presentación puedes invitar al niño a que realice él la actividad, y a partir de ese momento no le corrijas, no le evites el error. Las equivocaciones que sufre el niño y la repetición del ejercicio es lo que va a ir afinando su poder de observación hasta corregirse él mismo. El fin de la actividad no es que la torre quede montada en perfecto orden de gradación, sino que que el niño se ejercite él mismo. No hace falta, por tanto, intervenir en estas faltas, sólo en aquellas que tengan que ver con evitar que se estropee o se haga mal uso del material.
El deseo del niño, de alcanzar un fin que le es bien conocido, le impulsa a corregirse a sí mismo. Por lo tanto, no es el profesor quien le hace notar su equivocación y le enseña a corregirla, sino que es un complejo trabajo de la propia inteligencia del niño lo que le lleva a este resultado. Aquí, en este punto, está el comienzo de la autoeducación. El fin no es un trabajo externo […]. El fin es más interno, y estriba en que el niño se ejercite por sí sólo en observar, en impulsarle a hacer comparaciones entre objetos, a formar juicios, a razonar y a decidir: y en esta repetición indefinida de tal ejercicio de atención y de inteligencia tiene efecto el verdadero desarrollo de esta última.
María Montessori, Ideas generales sobre el método.
¿Qué se trabaja con la Torre Rosa?
Algo que salta a la vista: discriminar los tamaños. En la Torre Rosa todas las piezas coinciden en forma y color, sólo varía el tamaño. Y así se vivencia el concepto de grande y pequeño, pero también el de pesado y ligero, porque para unos cubos el niño necesita sus dos manos y hacer fuerza, y con otros basta hacer pinza con sus dedos (y así de paso trabaja con sus músculos la motricidad gruesa y fina).
Y de esta manera se inicia así sin darse cuenta en el pensamiento lógico matemático: para montar la torre el niño puede efectuar la corrección a simple vista o bien usando el cubo más pequeño que, si la torre está montada de forma correcta, encajará a la perfección en el hueco sobrante en la base de cada uno.
Antes incluso de esto se trabaja el lenguaje (el grande, el pequeño, más grande, más pequeño…), la coordinación de ojos y dedos, la concentración, la presencia, y el orden.
Más adelante, si sabes observar, descubrirás nuevos saberes que despiertan con la Torre Rosa. O quizás ya sepas alguno que no he nombrado.
Y tú, ¿qué has descubierto con la Torre Rosa?
susana 20 mayo, 2016
Hola Marisol. Soy Susana de Montessori con mis peques… me encanta el post. A mi personalmente la Torre rosa me produce paz. Si si. Como bien nombras se puede hacer con los ojos cerrados, lo aprendi en un curso de Celine. De vez en cuando cuando estoy estresada me acuerdo del legado de Maria Montessori y la trabajo vendandome los ojos… se lo aconsejo a todos los papas y mamas que lean esto. Solo oyes el silencio y tu respiracion y te concentras tanto en tus manos construyendo la torre que el estres se va yendo poco a poco. Un saludo
Marisol López Rubio 20 mayo, 2016
¡Gracias Susana! Yo también lo aprendí de Celine Haumery y fue una experiencia inolvidable. Es una manera increíble de reconectar contigo y tener calma y presencia. Gracias por tu aportación.
Marta 20 mayo, 2016
Hola
Me gustaría saber donde puedo comprar la torre rosa
Es que no quiero comprar una imitación
Gracias
Marisol López Rubio 21 mayo, 2016
Hola Marta. La Torre Rosa es un material muy preciso, y las que son de buena calidad tienen un precio elevado (que para mí merece totalmente la pena, si es para una escuela, porque la diferencia con las imitaciones es muy clara). Las puedes encontrar en tiendas especializadas en materiales Montessori de fabricación europea como Nienhuis. En España hay varias tiendas que fabrican en Asia y las comercializan aquí, con lo que el precio es bastante más reducido, y aunque se pierde un poco en calidad, si el uso que le vas a dar es particular y no para una escuela, la relación calidad precio es adecuada. Eso sí, hay también algunas circulando muy baratas, de muy mala calidad y que son tan imprecisas que ni siquiera se ajustan a la medida. Asegúrate al menos que los cubos miden exactamente 10x10x10cm el mayor y 1x1x1 el pequeño.
lizbeth 20 mayo, 2016
la verdad me encanto, mi peque aún esta muy chiquita pero es genial irme informando sobre el tema,muchas gracias.
Marisol López Rubio 21 mayo, 2016
Gracias a ti Lizbeth. Espero que te sea de ayuda cuando llegue su momento.
Marta Diez Santana 24 mayo, 2016
Gracias